martes, 20 de septiembre de 2011

Cuando la pluma se detiene

Cuando la pluma se detiene
Cuando la pluma se detiene, y se silencia ante el papel,
¿Será que al fin los pensamientos se estancaron?
¿Y se agoto la fuente de inspiración?,
No estoy lista para temblar, ni para soportar un gris y largo túnel.
Esta leve disputa entre mi corazón y la realidad,  se acabo.
Quise un momento que este lazo me dejara
pero ahora su ausencia me es pesada de soportar,

Pues  estaba tan cerca de mí,  y me rodeaba,
ocupaba mi argumento,  mi firmeza, mi alegría y mi consuelo,
su sola presencia me cautivaba,
su ternura  rompía mis barreras, solo era yo, sin más escusas,
como una plegaria y mirada de un niño me hacia ceder,
y su sonrisa me alegraba el día.
Aunque a lo lejos, cercano a mí, lo sentía.

Como al terminar el día,
irrumpe un silencio en mi noche,  frio, y desconcertante,
casi me acostumbro a convivir, con ésta mi situación.
Papeles en blanco en mi escritorio, ni una sola palabra que decir.
Es un silencio a causa del no saber,  Y  me arrastra a callar,
aunque no sea esta mi forma de ser.

¿Al fin se detuvo? ¿Cómo puede ser?,
¿Así nada más, será que el omnipotente lo quiso así?
Tales pensamientos se fueron,
Irrumpían en mi noche, mis sueños,
mi mañana,  mis momentos,
todo y en todo, ya no podía vivir.

Ese dulce cataclismo,  que me ahogaba se detuvo.
Pero me silencia,
No pensar, ni decir, ni hacer,
jamás fue ésta mi circunstancia.

Cual rio salían de mí las palabras,
corazón poeta que nunca vio una jaula
en su acontecer.
El viento pasa, tratando de susurrar  algunas palabras,
Tal vez se graven  en mi mente,
para luego ser llevadas por la tinta,
al mundo,
pero no logran llegar, las esquivo.

Los arboles se esfuerzan por decirme algo,
pero no los oigo,
al acercarme a ellos escucho decir que te extraño,
que no puedo borrarte así nomas de mi,
casi te aferraste.
Pero al fin parece que logré borrarte.

El sol me golpea para que me dé cuenta
, pero no le llevo la atención,
solo veo el  silencio que me apresó.

¿Qué  está pasando? me pregunto…
no lo logro entender,
Si te extraño es porque te amé,
pero también quería que ya no estuvieras.

Siento notas que vienen de lo lejos, claramente a mis oídos,
pero no las quiero oír,
se cuelan por mis canciones, y mis letras
pero les soy desconocida, no las quiero ver,
pero quizás sean las causantes de este mi devenir.

¿Cuándo se acabara  el silencio?
¿Y  la noche?, ¿se cayó la música?
¿Y...Es el fin de mis sonetos?
Aunque se silenció el papel,
Y... se detuvo la tinta, sé, y me es notorio.

Soberano, que lo sabes todo,
no fui justa a mi parecer,
pero fue necesario, me hacía falta el silencio,
aunque no era lo que quería,
pero sabes que me hace bien,
dejarlo pasar,
pues no soy capaz aun,  de verlo llegar a mí.

Llegó el momento del “dejar ir”, y renunciarme a la deriva,
dejarme caer, para que al fin
sienta tus manos atraparme.

Esperare a que mi cielo se despeje,
para ver las estrellas.
Leve brisa, dulce y cálida,  que casi me derriba,
pero me hizo más fuerte.

No pediré que las palabras fluyan,
No es fácil Esperar, quizás el sí, quizás el no,
pero no voy a ir al encuentro  de lo que me has quitado,
ya no contenderé,
se agotaron mis esfuerzos.
Ya no lo sé.

A su tiempo me darás lo que me es mejor.
Mover tu mano a mi parecer
no es lo que te agrada.
Ya es hora de decir adiós,
A este dulce pensamiento
que me envolvió,
aunque ilusorio,
pero tan innegable.


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